Tuve un sueño… Cap. IV

«You had a way so familiar
But I could not recognize
‘Cause you had blood on your face
I had blood in my eyes»

Una tenue luz refleja la sombra de los objetos antiguos de su casa. Cerca a la ventana tiene un piano, herencia de un familiar que muy poco conoció. Su locura se encendía al momento de tocar el piano. La notas musicales recorrían sus venas sangrientas. La habitación completamente en rojo le recordaba lo mucho que le atraía la sangre.   

Es más analítico, bastante tímido y prefiere hablar cuando es necesario. Disfruta de su soledad, le da tiempo para analizar a la humanidad y rechaza los conceptos sobre el bien y el mal, es juez y verdugo cuando tiene que serlo. Improvisar es su estilo cuando tiene que hacer las cosas y disfrutar del espectáculo es su premio. La luna siempre su fiel compañera cuando se convierte en un ‘lobo cazador’. En esta faceta ha aprendido a llevar una máscara, sin embargo esta a veces lo sofoca pues parece que se va volviendo uno con él mismo.

Creció engañado sobre un patrón completamente falso y creó su propia visión realista, tal vez exagerada, sobre la «naturaleza humana», iniciando una brecha entre él y su capacidad para relacionarse como lo hace el resto. A veces teme que la naturaleza humana que conoce y desprecia, también se encuentre en él (o en su faceta), procurando mantener distancia para no hacer daño a las personas que de cierta forma ha llegado a apreciar.

Una noche en que la luna rojiza lo llamaba a jugar, él decidió buscar alivio en el muelle, quién pensaría que el objetivo de esa noche sería un depredador. Un hombre que perseguía a una chica, la situación no pintaba favorable para ella. Percibió un aire de misterio y oscuridad con un toque cálido y agradable, ella no era normal y no podía dejar que su existencia terminara.

Su sed de sangre se intensificó, los músculos de su cuerpo inmediatamente estuvieron dispuestos para acechar su presa antes de que esta alcanzara su objetivo. El supuesto depredador que él acechaba no resultó mayor reto, su motivación vana y vacía se reflejaba en su semblante, en realidad no era un depredador sino tan sólo un humano más, corrompido por su naturaleza  y cuya vida debía alcanzar un final esa noche por el bien de aquella chica amenazada.

Y ahí estaba aquel escenario, un hombre con los intestinos afuera derrochando sangre, ejemplo de su inevitable final y dos sombras cómplices de un asesinato sellando su crimen con un extraño beso.

La desaparición inmediata del hombre de capa negra fue inevitable mientras se alejaba en la oscuridad, comenzó a pensar sobre lo sucedido.

Fin (Por ahora)