Cuando muerdes la manzana
Tienes que estar dispuesto a todo,
Al pecado, a la alegría,
A la culpa y el placer.
Como imanes atrayendo lo desconocido,
Invoqué su oscuro presente
Y me enamoré de sus monstruos,
Algo que no pasaba en circunstancias normales.
Cuando se acercaba, traía tormentas
Y yo feliz de enredarme en su caos, su frustración,
Su desesperacion y su ausente esperanza.
No me esperaba nada bueno, pero
¿Qué es lo bueno si todo es relativo?
Caricias y rasguños,
Mordidas y suspiros,
Ilusiones y realidades.
Estás jodida, me repetía.
Realmente estás jodida.
Buenos días!
Hace años hallé este blog creo que por casualidad, y luego lo olvidé. Hoy, el Facebook me «recordó» un post que subí hace 2 años (cuando te leí por primera vez y compartí una de tus entradas), y me enganché nuevamente en la lectura de rus textos (perdón la redundancia).
En fin, este poema está bellísimo, tan breve y directo, afilado y emotivo. Seguramente refleja una vivencia que prevalece quizás en la memoria, pero podría yo estarme aventurando a formular conjeturas (sorry again).
Procuraré leerte más seguido, siempre es muy satisfactorio hallar blogs de apasionante narrativa.
Saludos desde Guayaquil!
Demian (un colega licántropo y bloguero).
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Hola Demian, ¡qué bueno que vuelvas! ? Aunque no escribo tan frecuente como antes, tu comentario ahora me motiva para seguir escribiendo. Gracias de verdad 🙂 No te pierdas. Saludos desde Quito.
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