Una serie de eventos afortunados

¿Alguna vez han llegado al extremo de la felicidad que ya no saben qué sigue? Entiendo que la vida no es una lista de cosas por hacer. Sin embargo, estamos condicionados a cumplir ciertas cosas en un determinado tiempo: finalizar el colegio, entrar a la universidad, tener trabajo, comprarte tus cosas, independizarte, viajar, hacer maestrías, doctorados, emprender un negocio, casarte, tener hijos o criar mascotas. ¿Y luego de eso qué? ¿Ya no hay más figuritas para llenar el álbum llamado vida? Realizar todo lo que mencioné se lee más divertido cuando puedes compartirlo con alguien que amas a tu lado. Como lo decía en una conversación con mi chico zombie: A veces en tu propia independencia sientes que ya has hecho de todo en la vida, sobre todo equivocarse, que para eso todos somos expertos. Pero cuando compartes tu vida con alguien especial, se agregan hojas en el libro que ya empezamos a escribir desde que nacimos. Lo siento así porque es como poner a un nuevo personaje o protagonista a tu historia y todo va tomando un rumbo que no sabes cómo se irá dando.

Todo esto me hizo pensar a raíz de un sueño que tuve donde era una artista y bailarina famosa. Y así como en la película Black Swan, hice la presentación más espectacular de mi vida en la azotea de un edificio altísimo (como los de Nueva York) donde se filmaba un video musical y es así que todo fue absolutamente perfecto, tanto que no quería que nada después lo arruinara y termine botándome del edificio. No hubo nada después, porque hasta la muerte es perfecta cuando logras alcanzarla.